martes, 26 de mayo de 2015

SUPERUNKNOWN: Una relación muy especial

Superunknown puede ser con casi toda probabilidad el disco que más veces he escuchado en mi vida. Mi relación con ese lp es tan idílica que, a día de hoy puedo prometerle, tras más de veinte años de "relación", amor eterno. Han sido tantas satisfacciones las que me ha proporcionado, tanta compañía en momentos de diversa índole que, si alguna vez me hicieras la estúpida pregunta de cuál es mi disco favorito no tendría más remedio que responderte con el cuarto disco de SOUNDGARDEN.

Desde la apertura con el riff-tuneladora de Let Me Drown, hasta el guiño beatleliano de She Likes Surprises, el disco es una jodida obra maestra. El trabajo en guitarras es una joya, Cornell está completamente on fire al micro y la base rítmica -señores, me levanto del sofá y hago una reverencia en homenaje a esos dos genios en la sombra, Shepherd y Cameron - es IM-PE-CA-BLE e IM-PRE-SIO-NAN-TE.

La sobreexposición de algunos de los singles, especialmente de Black Hole Sun, puso algo de distancia entre nosotros, aunque en esos momentos no dudé ni un instante en refugiarme en cañonazos sónicos apabullantes como Mailman, Head Down, Limo Wreck, Fresh Tendrils o Like Suicide.

El colofón de nuestra "relación" la tuvimos el verano pasado en Londres. Un cuatro de julio, como no podía ser de otra manera, tuve la suerte junto con otros cuantos miles, de disfrutar en directo del disco-casi-al completo. ¡Menuda gozada! Un momento inolvidable, grabado en la retina para siempre.

Pero basta ya de palabras y dejemos que hable el arte! Esto es SUPERUNKNOWN.






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