
Con un título más propio de un espagueti-western de Sergio Leone que de una banda de metal extremo, Entombed nos presentan su cuarto larga duración, una vuelta de tuerca más en su particular sonido. El lp aparece en 1997, cuatro años después del inspirado Wolverine Blues, que descolocó a muchos de sus seguidores old school, y en mi modesta opinión, casi un lustro es demasiado tiempo entre una y otra obra para unos muchachos que en tres años de orgasmo creativo nos habían regalado otros tantos discazos imprescindibles, tres obras capitales de la música extrema, siendo Left Hand Path y Clandestine discos OBLIGATORIOS para comprender la evolución del death metal en los últimos 20 años.
En este sentido, considero necesario mencionar que Entombed fue el principal precursor del denominado sonido Sunlight, nombre del estudio donde el productor Thomas Skogsberg maceró una buena colección de grandes discos de death metal escandinavo, especialmente desde finales de los 80 hasta el primer lustro de los 90, y caracterizados por su peculiar trato al sonido de las guitarras, con una afinación más baja de lo normal.
El productor sueco repite también en To Ride……, un disco que nos muestra a unos muchachos con la mente muy abierta y con enormes deseos de experimentar que, guiados por su batería y principal compositor Mr. Nicke Andersson, deseaban continuamente reinventarse, ocurre que en este lp pienso sinceramente que se pasaron demasiado con la rosca.
Si en Wolverine Blues nos encontramos a unos Entombed más accesibles que en los dos anteriores discos, en este trabajo, los suecos abandonan definitivamente los senderos del death (sólo nos queda la voz de LG y a ratos) que tan buen resultado les habían dado antaño y apuestan por un sonido más rockero y garagero, con toques de Hardcore Punk, Groove, Stoner, incluso algo de blues y rock sureño, mejunje que algunos bautizaron acertadamente como death n’roll, concepto que ilustra a la perfección lo que la banda nos propone en To Ride y en algunos trabajos sucesivos, y si bien cronológicamente y estilísticamente no se puede enmarcar en la corriente escandinava que revitalizó el rock a finales de los 90, con bandas como Gluecifer, Turbonegro Backyard Barbies o los mismos Hellacopters, sí se aprecia el gusto por los sonidos rockeros de unos MC5, Kiss o Motorhead.
Aunque siempre habían reconocido estas influencias clásicas, nunca las habían plasmado tan claramente en un disco como en To Ride (aunque en Wolverine ya se podía atisbar algo). Y no sólo eso, estos muchachos estaban abiertos a todo tipo de sonidos y, entre otras cosas, comenzaron a consumir música de la emergente corriente de rock alternativo americano encabezada por Sonic Youth o Dinosaur Jr. De este modo, antiguos héroes de la banda como Repulsion, Slayer, Autopsy o Venom, habían dado paso a influencias menos underground y esto se iba a ver plasmado en su sonido.
Los cambios en la banda no sólo se reducen a su estilo. Tras publicar Wolverine Blues, abandonan tras una serie de disputas contractuales Earache, la discográfica que durante los 90 agrupó a las principales bandas de metal extremo de la época y con los que tenían firmados dos discos más, fichan por Eastwest, en lo que se suponía iba a ser su pelotazo comercial definitivo. Nada más lejos de la realidad, no llegan a sacar lp con la filial de Warner Bros y acaban fichando por un sello menor, Music For Nations, que apenas les da bola. Este hecho, el fracaso comercial, fue uno de los principles motivos (sino el principal) para que Nicke Andersson, verdadero alma de los de Estocolmo, decidiera largarse con sus Hellacopters tras To Ride y avanzar aún más en su exploración musical.
Pasando a analizar el disco que, aunque se aleje de la propuesta original de Entombed y a pesar de los aspectos negativos que posee que relataré a continuación he de dejar claro que me encanta porque contiene las últimas grandes composiciones de la banda con Nicke, que no es moco de pavo, el disco posee varios temas que podrían entrar en un grandes éxitos de la banda, pero además el halo macarra y sucio que posee el lp le va que ni pintado, el artwork me parece muy original, con una foto impagable en el interior donde aparece un jet (privado) con el antiguo y grandioso logo de Entombed (bendito photoshop) y para acabar de ponerme palote el disco tenía una edición especial doble, y en el disco extra aparecen unas Family Favourites, con versiones impresionantes de Venom, MC5, King Crimson, Venom y Black Sabbath, hecho que me hizo descubrir las tres primeras bandas y por las que eternamente estaré agradecido a los suecos. Por lo tanto, observaréis que este disco para mí es bastante especial.
"....eveytime you fight something down it comes back even stronger..."
Una vez vistos algunos aspectos positivos, enumeraré aquellos inconvenientes que comentaba hace un momento. Por un lado el sonido predominante de los platos y el charles de la batería, un chssssss casi continuo que no abandona tu oído hasta media hora después de darle al Stop. El motivo de este desbarajuste no lo tengo claro y no sé si fue por el ansia de protagonismo de Nicke o a un inaudito fallo de producción o mezcla.
Además, otro altibajo que le encuentro es que las composiciones no están a la altura de trabajos anteriores. La chispa de Nicke aparece, pero a cuentagotas y los hachas Uffe y Alex, acostumbrados a trabajar con el colchón compositivo del gran batería a las espaldas, no estaban en esos momentos inspirados para componer más de dos buenos temas por cabeza. Eso sí, la irrupción del nuevo bajista Jorgen Sandström (ex vocalista entre otras issues de los Grave) aporta aires renovadores e introduce algunos pasajes de bajo realmente interesante.
El último punto negativo que le hallo a To Ride es que algunas letras suenan infantiles y poco inspiradas ( I love you baby when you're dead, and you're so red---creo que sobran comentarios) algo que se repetirá en discos sucesivos y es otro elemento más, que sumado a los anteriores, puede demostrar mi tesis (comentada con colegas del “gremio”) de que el barco se estaba hundiendo con conflictos internos, problemas de ego y peleas discográficas, no existía la unión de antaño y ello repercutió inevitablemente en las canciones. Probablemnte la marcha de Nicke, el adalid de esta causa llamada Entombed, era ya algo inevitable y calculado antes de la publicación del disco y a pesar de que éste contiene momentos que considero sublimes (por la innegable calidad de los músicos) hay otros en los que la banda parecen jugar con el oyente, introduciendo en el lp canciones como Put me Out, que por momentos parece una broma de mal gusto y que te empuja inevitablemente a pasar de canción.
Teniendo esto en cuenta, nos encontramos con un trabajo rudo, a medio pulir y deslavazado, que en ocasiones y dependiendo de la paciencia del oyente puede llegar a aburrir y cansar por el maldito sonido de los platos, pero donde vamos a hallar un buen puñado de temas que harán las delicias de aquellos que degustaron Wolverine Blues o sus álbumes posteriores. Me refiero a los cuatro primeros temas del trabajo y a Wreckage, el temón que cierra, no sólo To Ride, sino una época impresionante e inolvidable para la banda.
Wreckage y el tema título que abre, son para mí de largo lo mejor del lp (of course de la mano de Nicke), dos temas épicos con grandes ritmos y una gran interpretación de LG. Además Like this With the Devil, un tema muy Groovy, Lights Out y Wound, todas enlazadas, completan un inicio atronador, mostrándonos la vena más deathrollera de la banda.
They supone un cambio de tercio, un tema más pausado y con un puente y estribillo bastante inspirados, tiene cierto aire sureño, eso sí pasado por el filtro de estos suecos. Cortesía de Alex Hellid es también Boats, un blues bastante conseguido, donde demuestran lo ecléctica que puede llegar a ser su propuesta.
Del resto de temas me gustaría resaltar DCLXVI (es decir, 666 en números romanos), un pasaje de piano precioso, obra de LG Petrov que sirve de puente entre Somewhat Peculiar y Parasight, dos buenas canciones, la primera de ellas en la línea deathrollera del comienzo, mientras que Parasight es otro temazo con una gran letra. Parece grabada en directo y al comenzar escuchamos unos gritos femeninos ensordecedores (no penséis mal…), como si de un gig de los Beatles se tratara y comienza la tralla en un tema que encajaría perfectamente en Wolverine Blues o en ese fantástico Ep que fue Hollowman. Para no aburriros más con los temas, acabaré con Damn Deal Done, otro himno de este disco y favorita en directo. Compuesta por Nicke en colaboración con los dos guitarras, posee un gran riff principal que te enganchará a la segunda escucha, notables punteos de Uffe y Alex y como casi siempre una excelente interpretación de ese monstruo de los vocales que es LG Petrov (grite, brame, gruña o susurre).
En definitiva, un plástico que a pesar de sus evidentes carencias, no desmerece el legado clásico de la formación sueca. Tuve la suerte de estar en la gira en la que lo presentaron y sonaban como un tiro.
80/100