domingo, 5 de mayo de 2013

VIAJE A 800 + ORTHODOX + PIÑATA 19-04-2013


VIAJE A 800 volvía a la ciudad de la Alhambra con dos importantes novedades bajo el brazo. Por un lado, la publicación de su tercer lp, el 100% recomendable Coñac Oxigenado (Alone Records, 2012). Por otro, esta gira de los algecireños suponía el punto y final a su carrera, bajonazo tremendo para aquellos que seguimos a la banda, ya que se nos va, sin ningún género de dudas, una de las formaciones más destacadas de la escena nacional.

A pesar del disgusto por la inminente  separación de los autores de algunas de las composiciones más brillantes que se han parido en España en las dos últimas décadas, nos queda el consuelo de haber podido disfrutar como cerdos de sus últimas descargas y de haber triturado como auténticas pirañas su exigua pero impresionante discografía.

Los encargados de abrir la velada fueron PIÑATA, quienes presentaron en la Sala el Tren su potente descarga stoner. Tras los levantinos, llegó el turno de ORTHODOX. Curtidos ya en mil batallas, nos azotaron con su particular y original estilo, crisol que combina el doom más lúgubre con trazas de ambient, drone y jazz. Saturación y oscuridad, desarrollos instrumentales extensos con un punto de improvisación, envuelto todo ello en un halo de misticismo que no acabó de conectar totalmente con los asistentes (en su mayoría desplazados para ver al cabeza de cartel), a pesar de destrozarnos literalmente los tímpanos con las monumentales “Hani Ba'al” y “Matse Avatar”, por poner un par de ejemplos destacados.

Sin llegar a cubrir la mitad del aforo y en un ambiente bastante gélido, casi familiar apuntaría, llegaba el momento de degustar el plato fuerte de la velada. VIAJE A 800 se despedían de nosotros para siempre e hicieron todo lo posible por dejarnos un buen sabor de boca. ¡Y vaya si lo consiguieron! Es cierto que con el excelso puñado de canciones que manejan es indudable que todo es más sencillo, pero es que la actitud y el compromiso mostrado en éste, su penúltimo show, fue encomiable.

Los algecireños comenzaron con “Luto” un recorrido por sus tres lps. Tras la sutil introducción , le llegó el turno a otro corte de Estampida de Trombones (Alone Records, 2007), “El Amor es un Perro del Infierno” que nos mostraba a una banda perfectamente conjuntada, con un sonido compacto, hecho que se reafirmó en la acojonante “Patio Custodio”, eléctrica composición instrumental cargada de riffs demoledores y cuya sección final in crescendo hizo las delicias del personal. Con la desafiante y metálica “Ni Perdón, ni Olvido”,  pudimos comprobar cómo funciona su nuevo disco en directo, del que también cayeron “Tagarnina Blues” y, ya en los bises, la ecléctica y arriesgada "Oculi Omnium in te Sperant Domine”, todas ellas recibidas de forma positiva por los asistentes, en especial esta última. “Oculi...” resume a la perfección la genuina propuesta de esta banda que trasciende modas y estilos, capaces de hibridar de forma brillante y creíble los sonidos desérticos, la psicodelia o el prog con palmas flamencas.

Y si las canciones del último disco nos sonaron a gloria, qué decir de aquellas primeras piezas con las que comenzaron a despuntar hace ya unos cuantos años. "Higomon”, “Largo Beso Recto”, “Roto Blues”, “Valiums” e “Inmensa" (¡Menudo repoker!) aportaron un aura solemne y nostálgico difícil de describir con palabras, pues sonaron a homenaje a una trayectoria y a una etapa que desgraciadamente se cierra.  Pero las sorpresas agradables no se terminaron aquí. Previo a los bises, Antonio Arias (LAGARTIJA NICK) subió al escenario para cantar el tema de su banda “El Amor es la Víctima”, muestra de respeto y admiración de los de la Bahía hacia la formación granadina de la que tanto han bebido.

Tras un breve descanso, la ya comentada "Oculi Omnium in te Sperant Domine” abrió los bises e incluyó un apabullante solo de batería que nos sirvió para descubrir, por si no lo habíamos percibido con anterioridad, la enorme pegada de la bestia parda tras los parches, elemento fundamental en el trío y que conformó junto con Poti una base rítmica imponente. Mención aparte para José Ángel, virtuoso a las seis cuerdas, que hizo las delicias del público con un derroche de feeling, carisma y entrega. Para el final, nos brindaron otra increíble andanada stoner de su debut, "Solo", y, de colofón, las punzantes notas y afiladas guitarras del himno "Los Ángeles que Hay en mi Piel", ya con el público totalmente entregado, nos anunciaron aquello que ya habían cantado otros ilustres andaluces y que durante las dos horas que duró la actuación habíamos obviado, y es que, inevitablemente, todo tiene su fin Este último trallazo supuso un excelente epílogo, un broche final inolvidable a una velada redonda de una nave colosal, cuyo trayecto llega, tras algunas tempestades y unas cuantas batallas ganadas, a su estación final.

Long live VIAJE A 800!!!