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jueves, 21 de agosto de 2014
MORBID ANGEL - Domination (1995)
Hablar de MORBID ANGEL supone mentar a una de las más grandes deidades del panorama deathmetalero. Integrantes de la malévola cartera de bandas de la insidiosa Earache junto con ENTOMBED, NAPALM DEATH, CARCASS o BOLT THROWER, la banda fue fundada a mediados de los 80 en Tampa (Florida) por el guitarrista Trey Azagthoth. Considerados como una de las bandas más trascendentales e influyentes del género, MORBID ANGEL posee un sonido original e inconfundible, su música es una tormenta de intensidad y contundencia, no exenta de melodía. Con unos riffs tremendamente pesados marca de la casa Azagthoth, trepidantes e ingeniosos cambios de ritmo, con un Sandoval pletórico tras la batería, todo ello aderezado por una de las voces más genuinas del death, Mr. David Vincent, nos encontramos con una banda única, piedra angular de un género, creadora de una corriente que apuesta por una temática anticristiana y ocultista, que venera las antiguas civilizaciones (sumerios, romanos) y que se inspira, entre otros, en Lovecraft, Mozart o Slayer.
En 1989 publican su primer álbum Altars of Madness (Earache) que supone una carta de presentación atronadora en la, por aquel entonces, emergente escena del death metal. Tras su espectacular y venerado debut, publican sendos lps, Blessed are the Sick (Earache, 1991) y Covenant (Giant, 1993) que no hicieron más que confirmar el tremendo potencial mostrado por los estadounidenses en su debut y auparlos sin discusión alguna al trono de un género que, tras años de residir en el underground, comenzaba a gozar de cierta popularidad, éxito que se ve reflejado en la publicación del mismo Covenant en una multinacional.
Con estos antecedentes, en 1995 la banda publica Domination (Giant), su cuarto trabajo, que comienza por la letra D, cuarta letra del alfabeto (todos sus discos siguen cronológicamente el orden del abecedario). Personalmente, es mi álbum favorito de la banda (junto con Blessed are the Sick), quizá porque fue el primero que escuché y me enganchó desde su portada. El disco goza de la producción más pulida hasta entonces de la banda y en él encontramos una gran variedad de temas, que van desde canciones tralleras y contundentes, pasando por medios tiempos y temas instrumentales, elementos comunes en lps anteriores (bueno, en Altars of Madness no hay instrumental, es una apisonadora de 4000 toneladas que te machaca el cráneo sin piedad alguna).
Si en Covenant habían grabado como trío por la espantada de Richard Brunelle tras Blessed are the Sick, para su cuarta opus reclutan a Erik Rutan (exRipping Corpse, Hate Eternal) como segundo guitarrista, quien insufla a la banda savia nueva. De hecho, Azagthoth delega tareas compositivas en Rutan, quien responde a la perfección aportando cuatro temas al nuevo trabajo. Las letras son obra y arte de David Vincent y siguen girando alrededor del anticristianismo y la blasfemia.
Domination se compone de 11 canciones. El temazo que abre el disco, Dominate, nos muestra a la banda en su salsa: frecuentes cambios de ritmo, espectacular solo por parte del maestro Azagthoth y un Sandoval espectacular a la batería. Los growls de David Vincent quitan el hipo, especialmente al final del tema. A Dominate le sigue otro de mis favoritos del disco, Where the Slime Live, un medio tiempo arrastradizo que nos muestra cómo el ritmo lento y pesado no merma contundencia y potencia a la rola. Por cierto, Azagthoth le dedica el sublime solo del tema a su admirado Eddie Van Halen.
Los dos temas mencionados ilustran a la perfección lo que nos vamos a encontrar en el resto del disco:
Temas cañeros, como Eyes to See, Ears to Hear, This Means War, Dawn of the Angry (ojito al riff principal de este tema) o medios tiempos como Caesar’s Palace (con un inicio instrumental sorprendente) o Inquisition (Burn With Me), que aborda la caza de brujas. Además, incluyen un par de temas instrumentales, Melting y Dreaming, que sirven para tomarnos un respiro entre tanta devastación musical. En este sentido me gustaría resaltar que Morbid Angel es probablemente, dentro de la escena death y junto con los dioses NOCTURNUS, uno de los pioneros a la hora de introducir teclados en sus obras, aportando a su sonido un toque más siniestro y macabro, aún si cabe. El álbum se cierra con la pieza más original del disco, Hatework, creada por Rutan y con aires de himno, una oda épica y grandiosa al mal y al odio. Sin duda, una colosal manera de cerrar un espectacular trabajo.
Con este disco, Morbid Angel cierra una época en su trayectoria, ya que tras la gira de Domination y la publicación de Entangled in Chaos (disco en vivo de la citada gira), David Vincent abandona la banda, siendo reemplazado por Steve Tucker, quien grabó otras tres obras de notable calidad del grupo (Formulas Fatal to the Flesh, Gateways to Annihilation y Heretic). Diez años después de la publicación de Domination, Vincent vuelve y Morbid Angel se embarca en numerosas giras y comienzan a preparar material para lo que sería su siguiente álbum, el polémico Illud Divinum Insanus (Season of Mist, 2011), del que algún día hablaremos por aquí.
“Come and walk the line and you will burn with me”
84/100
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